dionisio clasico

martes, 23 de febrero de 2010

jueves, 11 de febrero de 2010

LOS 12 TRABAJOS DE HERCULES
   La primera prueba fue matar al león de Nemea, un animal al que no podía herirle arma alguna. Hércules primero aturdió al león con su garrote y después lo estranguló. En su segunda prueba mató a la Hidra, que vivía en un pantano en Lerna. Este monstruo tenía nueve cabezas. Una cabeza era inmortal y, cuando le cortaban cualquiera de las otras, crecían dos en su lugar. Hércules quemó cada cuello mortal con una antorcha para impedir que crecieran las dos cabezas y sepultó la cabeza inmortal bajo una roca. Después mojó sus flechas en la sangre de la Hidra para envenenarlas. La siguiente prueba de Hércules fue capturar viva a una cierva con cuernos de oro y pezuñas de bronce que estaba consagrada a Ártemis, diosa de la caza, y la cuarta prueba consistió en cazar a un gran jabalí cuya guarida estaba en el monte Erimanto. A continuación, Hércules tuvo que limpiar en un día la suciedad acumulada durante treinta años por miles de rebaños en los establos de Augias. Desvió el cauce de dos ríos, haciendo que corrieran por los establos. En su siguiente trabajo apartó una enorme bandada de aves de picos, garras y alas de bronce que vivían junto al lago Estínfalo y atacaban a las gentes del lugar, y devastaban sus campos y cosechas. Para cumplir su séptimo trabajo, Hércules entregó a Euristeo un toro furioso que Poseidón, dios del mar, había enviado para aterrorizar a Creta. Para recuperar las yeguas de Diomedes, rey de Tracia, que se alimentaban de carne humana, Hércules capturó al rey, se lo ofreció como alimento a las yeguas y después las condujo hacia Micenas. Hipólita, reina de las amazonas, deseaba ayudar a Hércules en su noveno trabajo. Cuando Hipólita estaba a punto de dar a Hércules su cinturón, que Euristeo quería para su hija, Hera dijo a las amazonas que Hércules intentaba raptar a la reina y estas lo atacaron. Entonces el héroe mató a Hipólita, creyendo que era responsable del consiguiente ataque, y escapó llevándose el cinturón. En su camino a la isla de Eritia para capturar los bueyes de Gerión, el monstruo de tres cabezas, Hércules erigió dos grandes columnas (los peñones de Gibraltar y de Ceuta, que bordean ahora el estrecho de Gibraltar, y que se representan en el escudo de la ciudad de Cádiz) como monumentos conmemorativos de su hazaña. Después de que Hércules se llevara los bueyes, fue a buscar las manzanas de oro de las hespérides pero como no sabía dónde estaban esas manzanas, pidió ayuda a Atlas, padre de las hespérides. Atlas accedió a ayudarlo si Hércules, sostenía el mundo sobre sus hombros, mientras él conseguía las manzanas. El último y más difícil trabajo de Hércules fue capturar a Cerbero, el perro de los infiernos. Hades, dios de los muertos, dio permiso a Hércules para llevarse al animal siempre que no usara armas. Hércules capturó a Cerbero, lo llevó a Micenas y lo devolvió al Hades.

¿Cuáles de ellos aparecen en la película?:
1º) El León de Nemea: Sí
2º) La Hiedra de Lerna: Sí
3º) La Cierva de Cerinia: No
4º) El Jabalí de Ermanto: Sí
5º) Los Establos de Augías: No
6º) Las Aves del Lago Esfíntalo: si
7º) El Toro de Creta: No
8º) Las Yeguas de Diómedes: si
9º) El Cinturón de Hipólita: No
10º) Los Bueyes de Geriones: No
11º) Las manzanas de Oro del Jardín de las Hespérides: No
12º) El Can Cerbero: Sí

MI OPINIÓN PERSONAL DE LA ADAPTACIÓN DE LA PELÍCULA AL MITO
Yo creo que la adaptación con respecto al mito es muy buena. Puede que difiera mucho del original pero consigue mostrar al personaje de “Hércules el Héroe” de una manera muy buena y manteniendo ese estilo que le da Disney a todas sus películas, no creo que la adaptación se pudiese haber hecho mejor, aunque pierde muchos datos y bastantes son modificados con respecto al mito original, si se hubiese hecho más parecida al mito, hubiese perdido el toque que le ha dado Disney al personaje  con lo que el Héroe no hubiese sido un gran aliciente para que los niños viesen la película.
teniendo en cuenta el “estilo” que tiene Disney en sus películas de animación y sabiendo que lo que le interesa a la compañía es ganar dinero en masa y no ser fiel al mito, la adaptación es muy buena, le doy un 8 a Disney.

martes, 9 de febrero de 2010

LA EDUCACIÓN EN GRECIA.
   La educación de los niños atenienses, era sólo de los varones, pues las niñas no pisaban nunca la escuela. Todo lo que aprende una joven ateniense esencialmente las labores domésticas: cocina, tratamiento de la lana y tejido, y tal vez también algunos rudimentos de lectura, cálculo y música, lo aprende con su madre, con una abuela o las criadas de la familia. De hecho, las muchachas jóvenes apenas salen siquiera al patio interior de su casa, ya que deben vivir lejos de toda mirada, alejadas incluso de los miembros masculinos de su propia familia
            En Atenas, la enseñanza, la asistencia a clase, no era obligatoria: el padre de familia gozaba de total libertad para educar a sus hijos o permitir que otros los educaran hasta los dieciocho años, edad en que el joven se convertía en ciudadano y debía realizar el servicio militar. 
            Hasta que el niño iba a la escuela (a los siete años), eran la madre y la nodriza quienes se ocupaban de él y le proporcionaban las primeras enseñanzas, que consistían en historias tradicionales, mitología y leyendas nacionales, y nada más, pues las pobres mujeres, que prácticamente nada habían aprendido, prácticamente nada podían enseñar.  
            A los siete años el niño comienza su formación cultural, pasando a la escuela, siempre de profesores particulares, donde cursaban tres asignaturas: gramática, música y gimnasia
La escuela del gramático.
            En cuanto el pequeño ateniense tenía edad para ir a clase pasaba, al menos en las familias acomodadas con varios esclavos, de la vigilancia de la nodriza a la del pedagogo, que era un esclavo encargado de acompañarle a todas partes y de enseñarle buena educación, recurriendo, si era necesario, a los castigos corporales. El pedagogo lo acompañaba por la mañana a casa del maestro y le llevaba la cartera.        
            El niño empezaba por aprender a leer y  luego a escribir. Aprendía a leer en voz alta y luego seguía haciéndolo igual, pues da la impresión de que no se practicaba la lectura en silencio.  
            El alumno practicaba después la escritura de las letras sobre una tablilla de madera barnizada de cera, y sobre ella trazaba los caracteres con ayuda de un punzón o estilete, cuyo extremo opuesto, plano y redondeado, servía para borrar. No había pupitres, y los alumnos se sentaban en taburetes alrededor del maestro. 
  En cuanto sabía leer y escribir con facilidad tenía que aprender versos de memoria, y luego fragmentos cada vez más extensos de los poetas. El primero era el más grande de todos, Homero, el autor de la Ilíada y la Odisea. Los griegos consideraban que Homero enseñaba todo lo que debía saber un hombre digno de tal nombre: las actividades de los tiempos de paz y de los tiempos de guerra, los oficios, la política y la diplomacia, la sabiduría, la cortesía, el valor, los deberes hacia los padres y hacia los dioses... 
            La enseñanza se completaba con la aritmética. Utilizaban los dedos para los cálculos elementales, y recurrían a las fichas de cálculo y al ábaco para los más complicados.
   La enseñanza de la música. 
            Para los griegos la música era la parte esencial y el mejor símbolo de toda cultura. Se decía que la música educaba el alma y la gimnasia entrenaba el cuerpo. Al parecer los niños aprendían con el maestro de música (citarista) canto al mismo tiempo que la música instrumental y la danza. La música se practicaba de oído, sin ninguna partitura. 
            El instrumento noble por excelencia era la cítara, pero también el oboe estuvo muy de moda en Atenas en el siglo V. 
La gimnasia.
            No se sabe exactamente a qué edad comenzaba el joven ateniense a ejercitar su cuerpo bajo la dirección del pedotriba, tal vez a los ocho años, pero es más probable que fuera a los doce, cuando ya hacía varios años que acudía a la escuela del gramático y a la del citarista. 
            Los alumnos del pedotriba se dividían en dos clases: los pequeños, que tenían de doce a quince años, y los mayores, de quince a dieciocho años. 
            La gimnasia se practicaba en la palestra: terreno deportivo al aire libre, cuadrado y rodeado de muros. En uno de los lados había unas habitaciones que servían de vestuarios, de salas de descanso con bancos, de baños y de almacén de arena y aceite. 
            Tres son los rasgos distintivos de la gimnasia griega: la total desnudez del atleta, las unciones de aceite y el acompañamiento de oboe durante los ejercicios. 
            Los accesorios indispensables que el niño debía llevar a la palestra eran la esponja, el frasco de aceite y un rascador o cepillo de bronce. 
            Los deportes más practicados eran la lucha, la carrera, el salto y el lanzamiento de disco y de jabalina. Además podían practicar el boxeo y el pancracio. Los niños de buena familia practicaban también la equitación desde muy pequeños. 
La pederastia.
            El amor por los muchachos desempeñó un papel importantísimo en la educación griega. Los atenienses consideraban que la vinculación apasionada de un hombre y de un adolescente de 12 a 18 años podía generar nobles sentimientos de valor y honor. 
            Se puede decir que el joven ateniense aprende en la escuela  conceptos, técnicas, habilidades manuales, mientras que el amante proporciona la educación moral, enseña la virtud. 
Los sofistas.
            La enseñanza que el joven ateniense recibía en la escuela era elemental y primaria; no existía hasta el siglo V a. de C. ninguna enseñanza superior, pero en la segunda mitad de ese siglo se produjeron innovaciones decisivas en la educación, gracias a la aportación de los sofistas. Con el desarrollo de la democracia, todos aquellos que querían dedicarse a la política necesitaban ejercitar el arte de la persuasión y la oratoria. Los sofistas asumieron entonces el papel de educadores. 
Esparta.
            La educación espartana merece una mención especial, por su total contraposición a la educación ateniense. 
            Mientras que, como ya hemos dicho, en Atenas las jóvenes vivían recluidas, en Esparta las muchachas practicaban en público muchos deportes, al igual que los muchachos: la lucha y el lanzamiento de disco y jabalina. Pretendían así preparar madres de familia robustas y fuertes, que proporcionaran a Esparta hijos fuertes, buenos guerreros. 
            Los muchachos sólo permanecían con sus familias hasta los siete años, edad en la que el niño pasa a manos del Estado, al que no dejará de pertenecer hasta su muerte. El niño se alistaba en formaciones premilitares que se escalonaban a lo largo de todo su crecimiento. Sus estudios se limitaban a lo estrictamente necesario; el resto de su educación consistía en aprender a obedecer, soportar la fatiga con paciencia y vencer en la lucha, es decir, ejercicios físicos y entrenamiento para la guerra.